Expulsarle de casa, en la provincia de Vizcaya (48010)
Soy persona física, arrendatario de un inmueble que es mi domicilio. En ese domicilio vivimos dos personas físicas de pleno derecho (con todos los papeles en regla).
En el domicilio entra una tercera persona que NO es inquilina ni reside en el domicilio, ni está empadronada. Entra como invitado de uno de los dos inquilinos. El otro inquilino consiente su entrada.
Posteriormente, esa persona invitada falta gravemente el respeto al otro inquilino, lo desautoriza y le da imperativos en su propia morada (la del inquilino víctima) alguien que es ajeno totalmente a la morada.
Entonces, el inquilino víctima en cuestión, decide unilateralmente comunicarle su expulsión inmediata de la vivienda. El "invitado" se niega a marcharse, alegando que tiene el permiso del otro inquilino.
El inquilino que le expulsa alega que su intimidad en propio domicilio se ve evidentemente vulnerada y exige reiteradamente su inmediata expulsión. El "invitado" se niega. Se sigue negando y el inquilino que lo expulsa llama a la policía y requiere la visita de la patrulla al domicilio.
En el domicilio, delante de la policía y del otro inquilino, el inquilino disconforme manifiesta, una vez más, la expulsión expresa del "invitado", incluso si gozase del permiso de estancia del otro inquilino, volviendo a alegar que su sola presencia atenta contra su intimidad en su propia morada.
La policía se niega a actuar y alega que "no es un caso penal sino un tema civil", a lo cual el inquilino manifiesta su disconformidad total, exigiendo incluso el desalojo (expulsión de la vivienda) inmediato de la persona intrusa.
La policía no lo toma en consideración.
Al margen de acciones civiles contra el otro inquilino que pudiere tomar, quisiera saber:
i) si puedo denunciar al "invitado" por haber permanecido en la vivienda, no siendo inquilino o residente, atentando así contra mi derecho a la intimidad, y cometiendo delito de allanamiento de morada, contando con mi expresa desautorización a hacerlo y, además, el imperativo mío de que abandone inmediatamente la vivienda, negándose éste a hacerlo incluso delante de la policía ya que finalmente se va "porque me da la gana, no por otra cosa", habiendo ya permanecido durante bastante tiempo en contra de la voluntad de uno de los dos moradores.
ii) si puedo denunciar a la Policía por negar la existencia de delito, desatendiendo así su obligación de proteger a los ciudadanos de la comisión de delitos por parte de terceros, a pesar de todo lo que expresamente les manifesté in situ e incluso habiendo sido ellos testigos presenciales de la escena.